El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende.
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.
¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.
Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.
¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.
¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.
¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.
¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.
¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.
Algunas causas que lleva a enfermarnos
El ser humano constituye una unidad cuerpo-mente-emoción-espíritu, en la cual es esperable el funcionamiento armónico de esos niveles como expresión de salud, hablando en términos generales. Las principales causas que podrían desencadenar procesos de enfermedad son:
- Es fundamental reconocer que el estrés, la tensión y las emociones negativas tales como miedo, tristeza, enojo, culpa, auto-compasión, resentimiento, ansiedad, resignación, desconfianza, etc. son el estadío previo a enfermarse y no solamente un "estado anímico pasajero".
- Pérdida del sentido de la vida, una actitud negativa hacia la misma o no encontrar la manera de "dirigirla" con eficacia.
- Falta de conocimiento y conciencia respecto a quienes somos. Creencia que todo viene de afuera, que lo de afuera es más importante que lo interior y "sucede, sin que podamos hacer nada…"
- Situaciones traumáticas no elaboradas (convenientemente) que producen bloqueos, quedando interrumpido el natural fluir de la energía (también en el cuerpo físico).
- Incongruencia entre la forma en que una persona se muestra y lo que siente realmente. Incongruencia entre lo que eres y lo que aparentas.
- No poder expresar, adecuadamente, la ira, el enojo, etc.; hipercrítica hacia sí mismo y/o a los demás; utilización de lenguaje y modos de expresión negativos, en vez de hablar en forma positiva (el inconsciente no registra la palabra "no": "quiero estar sano" en lugar de "no quiero estar enfermo").
- "Sometimiento" al deseo o demanda de otros, exigencia de cumplir con lo que es esperable… (desde lo inconsciente, enfermarse es una manera "justificada y encubierta de rebelarse").
- Falta de flexibilidad en las estructuras y patrones mentales: manejarse con hábitos y creencias (del pasado) que impiden (re)interpretar el presente en forma adecuada.
- Exceso de actividades sin conceder tiempo para el esparcimiento y el disfrute, para una vida sexual satisfactoria, relaciones sociales, vacaciones, etc.
- Insatisfacción personal, laboral, vocacional, etc.; frustación y falta de objetivos y proyectos.
- Imposibilidad de expresar la "creatividad" en el sentido de crear o descubrir "algo" que brinde placer y sentido.